domingo, 27 de enero de 2008

DANDO EL CANTE


CABARET (versión jazz) - Red Karaoke

Año nuevo, faceta nueva. En realidad ya lo hacía antes, pero ahora me lo quiero tomar en serio. No sé si lo hago bien o mal, sólo puedo decir que me en-canta.
A los demás os tocará juzgar, aunque no tenéis por qué hacerlo.
No podría estar más de acuerdo con la gran Liza. Una vez más carpe diem.

sábado, 12 de enero de 2008

NUEVOS HORIZONTES




Nuevos horizontes se vislumbran… pero esta vez la frase no termina con un triste “a lo lejos”. Me voy con lluvia bajo el brazo (¡gracias Sal!), no vaya a ser que me olvide de lo más bonito que me ha pasado, pero hoy siento que eso es imposible, que jamás desterraré de mi memoria los siete mejores años de lo que llevo vivido. Que no puedo evitar sentir morriña cuando pienso que tardaré mucho en volver a pisar los charcos formados en el irregular empedrado del casco viejo, que tardaré mucho en sentirme rodeada por la Historia, por el Arte, siempre con mayúsculas. Que pasará tiempo hasta que volvamos a estar todos juntos (ojala Vio tenga razón y nos reunamos de nuevo alguna vez). Y sé que paso de estar en buena compañía para rodearme de nuevo de buena gente (qué suerte que tengo al escoger los amigos conscientemente, que otra cosa son los que vienen dados).
Y no me voy triste. Me voy rápido, con la fuerza de un gran empellón de ánimos y alegría por la noticia. Las sonrisas me dan fuerzas y alimentan mis ganas de iniciar una nueva etapa que ya reconozco como importante y necesaria.

jueves, 10 de enero de 2008

LIVIANDAD





Ligera como una pluma. A cada golpe de cadera me desprendo de un velo más, cual bailarina oriental. Las vendas que cegaban estos ojos se han ido cayendo a la par que las hojas de los árboles. El frío invierno ha despertado la sensibilidad de la piel y por fin siento con consciencia.
Alguien dijo una vez que si en el año que ha pasado no has llorado de tristeza o de alegría es un año inútil. El dolor ayuda a que crezcamos siendo más fuertes, a impermeabilizarnos ante las lágrimas más que probables si ponemos el corazón en todo aquello que llevamos a cabo.
Los pensamientos estaban totalmente desordenados en este cajón de sastre, pero poco a poco van aflorando y en su conjunto empiezan a estar claros. La niebla se está disipando y por fin luce el sol. Ya no llueve. Ya no sobra nada Y siento que he cambiado, que he aprendido. Nunca es demasiado.