lunes, 5 de mayo de 2008

EKHIOTZ



"El niños vio las lágrimas. Y se dijo que habría que aprender a abrazarse, a no tener miedo de los besos. Habría que aprender a decir te quiero, aún sin haberlo escuchado jamás. (...) El niño miró el mundo por última vez desde su isla. Y entonces decidió... nacer."


(Habría que..., Thierry Lenain y Olivier Tallec).

Estando en El matadero, maravilloso lugar para avivar la imaginación y los pensamientos creativos, me topo con un cuento infantil, ilustrado deliciosamente y muy breve. Breve, sí, pero muy conciso y contundente. Yo diría que demoledor.

Un nonato nos dice lo que deberíamos, lo que habría que hacer para ser felices en esta perra vida, cuando nos empeñamos en no serlo pero, eso sí, ansiarlo como nada en el mundo. Estamos condenados a querer aquello que no poseemos y, en caso de que la pertenencia fuera posible, luchar con todas nuestras fuerzas para perderlo todo y, de nuevo, comenzar la espiral sin fin.

Un nonato. Tal vez, Ekhiotz quiera avisarnos pero no encuentre la forma de hacerlo, porque nosotros entendemos sus empujones como un síntoma de que ya está aquí cuando, en realidad, son palmaditas en la espalda, tratando de dar consuelo.

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