miércoles, 30 de septiembre de 2009

TÉ DE LÁGRIMAS

Búho sacó una tetera del armario.
- Esta noche haré té de lágrimas - dijo -.
Puso la tetera en sus piernas.
- Ahora - dijo -, comenzaré.
Se quedó muy quieto en su silla y se puso a pensar en cosas tristes.
- Sillas con las patas rotas - dijo Búho -.
Los ojos se le llenaron de lágrimas.
- Canciones que no se pueden cantar - dijo Búho -, porque las letras han sido olvidadas.
Búho comenzó a llorar. Una gran lágrima rodó por su mejilla y cayó en la tetera.
- Cucharas que han caído detrás de la estufa y nunca más serán encontradas - dijo Búho -.
Más lágrimas cayeron en la tetera.
- Libros que nunca más podrán ser leídos - dijo Búho -, porque algunas páginas les han sido arrancadas.
- Relojes que se han detenido - dijo Búho -, y no hay nadie cerca para darles cuerda.
Búho estaba llorando. Grandes lagrimones caían dentro de la tetera.
- Amaneceres que nadie vio porque todo el mundo estaba durmiendo - dijo Búho sollozando -.
- Puré de papas abandonado en un plato porque nadie quiso comérselo - dijo llorando -. Y lápices que son demasiado cortos para escribir con ellos.
Búho pensó en muchas otras cosas tristes.
Lloró y lloró.
Pronto, la tetera estuvo llena de lágrimas.
- Bueno - dijo Búho -, ¡ya estamos listos! Búho paró de llorar. Puso a hervir la tetera sobre la estufa para hacer té.
Búho se sintió contento mientras llenaba su taza.
- Esta un poco salado - dijo -, pero el té de lágrimas siempre cae muy bien.

[Un cuento de Arnold Lobel leído en http://librosfera.blogspot.com/2009/09/te-de-lagrimas.html]



2 comentarios:

bolboreta dijo...

Es un cuento triste, que no se puede aplicar al estado de ánimo actual, pero este blog se ha convertido en eso, melancohólico.
Que lo disfrutéis.

Refrescospepito dijo...

Gñ, ay, es que eso de té de lágrimas... da como... asquito, no?
Hombre, siempre será mejor que té de saliva calienta, vaya, digo yo.

No llore usted, Bolboreta, que yo sí que tengo motivos que estoy resfriado y no pude ira la I convención gótico-siniestra de Madrid, y me perdí a todas esas bellezas imitadores de Lisbeth Salander.
Bua, buaaaaaaaaaaaa.