jueves, 2 de abril de 2009

CABEZAS HUECAS

Hoy les he visto. Un día más. Pero ha tenido que ser hoy el día en que me haya dado cuenta. Stress es tres, tres. Y ellos son tres. Uno. Dos. Tres.
Paso deprisa, con el andar acelerado, no quiero retrasarme, la idea de no llegar más tarde que otros días les da alas a mis zapatos. Les miro de reojo, tal vez hoy me haya permitido la licencia de mirarles fijamente. Somos viejos conocidos.
Tal vez sea por eso que hoy es el día. Los cables se escurren entre los cuellos de punto y anorak, enredándose entre sí como madejas que oprimen y cortan el aliento.
¡Eo! ¡Hey! ¿Hay alguien ahí? Me miran pero me pregunto si en realidad me ven. Lo dudo. La sonrisa se desvanece para dar paso a la decepción, a la amargura de ser consciente de todo, en ese momento de lucidez del que huyo constantemente.
Uno. Dos. Tres. En realidad, ninguno.

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