lunes, 13 de abril de 2009

VIVO SIN VIVIR EN MÍ




Parece una huída, aunque no sé muy bien cómo etiquetarlo cuando es tan claro como el día que no me gustan las etiquetas.
Parece un viaje astral cuando, en realidad, se queda en mera desconexión mental.
Parece una película protagonizada por otros, que no deja oportunidad de ser, sólo por un instante, el guionista de la vida propia.
Parece la obra de teatro que no te dejan protagonizar no sea que acapares más escenas de las previstas.
Mirarlo todo sin ganas de mirar, escuchar cada palabra, cada acento con la mente puesta en otra parte, saber que hace frío pero no sentir los escalofríos.

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